Halloween es una fiesta precristiana, de origen celta, en la que se celebraba el final de la cosecha. Su nombre gaélico es Samhain y significa "el final del verano" ya que se despedían del dios Lugh, dios del sol, y finalizaba el año.
 

Los celtas pensaban que durante el Samhain, el espíritu de los muertos visitaba nuestro mundo. Los sacerdotes (druidas) hacían rituales de adivinación, ofrendas al dios de la muerte y sacrificios humanos. Durante esta noche se pensaba que se rompían las barreras del espacio-tiempo y esto convertía a esta en una noche propicia para hacer rituales de magia.
 

En las casas no se encendía ningún fuego, para que los espíritus malos no entraran. Los druidas encendían hogueras en las colinas y se representaba, con máscaras, como los espíritus del mal perseguían a los humanos. Al día siguiente adivinaban el futuro "leyendo" las cenizas y los huesos de los humanos sacrificados. Cuando los romanos conquistaron la región de Bretaña, prohibieron estos sacrificios.
 

Con el cristianismo, esta fiesta se sincretizó y se convirtió en "All Hallow's Eve", es decir, la víspera de todos los santos. De All Hallow's Eve viene la palabra Halloween.

Cuando los Irlandeses fueron a los Estados Unidos (a partir de 1865), llevaron esta tradición, que tiene unas raíces paganas, completamente desvinculadas de la vida y la esperanza en la Resurrección de Jesús (y nuestra) y el amor de Dios.
 

La expresión "Truco o trato" (trick or treat) proviene de la leyenda de Jack-o'-lantern, quien supuestamente pactó con el demonio y que vaga por los pueblos, porque no lo quieren ni en el cielo ni en el infierno. Las calabazas talladas con caras también se denominan en inglés como este personaje. Otras leyendas que se cuentan en esta celebración son la de Sleepy Hollow, el jinete sin cabeza, o la de Bloody Mary, que hace referencia al asesinato de una chica.
 

Uno de los aspectos más oscuros de la fiesta de Halloween es su vinculación con el satanismo. Para las personas que no aman a Dios, esta celebración es considerada como el inicio del año y su fiesta todo el mundo incluye ritos como los sacrificios de animales o el sacrilegio. En ciertos países del mundo se hacen vigilias en las iglesias para evitar el hurto de hostias consagradas.
 

Esta celebración se convirtió en un negocio impresionante: según la página Retail Dive sólo en Estados Unidos cada habitante del país gastó 73 euros en 2019. El país tenía entonces 382,2 millones de personas.
 

El derroche de esta fiesta en Estados Unidos también es patente: 18.000 calabazas que podrían cocinarse y comerse son tiradas a la basura; 99% de las baterías (utilizadas en la decoración) no se reciclan y 12.500 toneladas de disfraces también se tiran! ( Aquí puedes ver más datos). Y en clave local, nos consta que los últimos 2 años en algunos pueblos del Vallès Oriental ha habido jóvenes tirando huevos, cuando muy cerca de nosotros Cáritas da de comer a los más desfavorecidos! (Esta contaminación y esta manera de tirar la comida sí que da miedo ...).

En conclusión, si pensamos un poco ... Halloween es una fiesta de dioses paganos, de miedo, de muerte, de magia oscura ... Pero también es un negocio y un producto muy ajeno a nuestra cultura.

Sin ser exagerados o haters, tú puedes decidir hasta qué punto Halloween conecta con lo que quieres para ti y tu familia ?