Está estudiado que la luz del sol nos levanta el ánimo y nos proporciona sustancias importantes, tales como la vitamina D. Esta vitamina es muy importante, por ejemplo, en la regulación del sistema inmunológico, el sistema cardiovascular y el crecimiento celular.  

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Podemos obtener la vitamina D gracias a algunos alimentos, pero hay una manera muy simpática para que tengamos más, y de una forma barata...  Cuando la piel está expuesta a la luz solar nuestro cuerpo produce vitamina D.

 

Así, dejando que nos dé el sol, "pasan cosas": nuestro organismo reacciona produciendo vitamina D que nos ayuda a estar saludables.  

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Con los sacramentos pasa un poco lo mismo. 

Cualquier sacramento es signo visible de una realidad invisible, Dios, que actúa y es eficaz en las personas.

Los sacramentos son 7 y nos acompañan a lo largo de la vida. Como explica muy bien el Catecismo "hay una cierta similitud entre las etapas de la vida natural y las etapas de la vida espiritual".

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Depende de nosotros aprovechar todas las "vitaminas" que nos dan Dios y la Iglesia para crecer como personas.