"Poned al servicio de los demás el carisma que cada uno ha recibido"
1 Pedro 4,10
Hasta los diez años se me daban bastante bien todas las asignaturas. A partir de esa edad, fui dándome cuenta de que no iba a ser profe de Mates, seguro. Sin embargo, desde que tengo uso de razón supe que tenía especial habilidad por todo lo artístico, los idiomas, el pensar y el deporte. Todos hemos nacido con unas habilidades determinadas, y eso no es casualidad.
En nuestra parroquia, a lo largo de este mes de abril estamos centrados en el área del SERVICIO. Así que este texto quiere ser una ayuda, sobre todo, para los que formáis parte de esta comunidad. Si tú no estás aquí, piensa en cómo "aterrizar" estas ideas en tu parroquia.
Quiero compartir 5 elementos que ayudan a tener claro el servicio que puede uno desarrollar en la parroquia, para el bien de los otros y de la comunidad.
Primero, dones espirituales. En el momento en que te conviertes en creyente, Dios te da ciertos dones espirituales (1 Corintios 12; Romanos 8; Efesios 4). Todo creyente tiene un don espiritual.
La mayoría de las personas decimos: "Descubre tu don espiritual y entonces sabrás qué servicio se supone que debes tener". Pero también lo podemos hacer al revés... ¿Por qué no hacer exactamente lo contrario? Comienza a experimentar con diferentes ministerios o servicios y luego descubrirás tus dones. Hasta que no te involucres realmente en el servicio, no sabrás qué se te da bien.
Segundo, corazón. La Biblia usa el corazón para representar el centro de las emociones, los deseos, los intereses y las inclinaciones. Dios le ha dado a cada individuo un latido físico único. Este latido único es como una huella digital. Es diferente al de todos los demás. Dios también nos regala un cierto latido emocional. Ciertas cosas te emocionan mientras que otras no. Ahí tienes que estar atento y detectar para qué salta tu corazón.
Estas pasiones nos ayudan a comprender mejor cómo Dios quiere usarnos en el ministerio. Dios ha dotado a ciertas personas para que enseñen, pero si también les da un corazón por los niños, cambiará la forma en que usan ese don. Su inclinación motivacional dada por Dios proporciona un sistema de guía interno para su vida y determinará qué le traerá la mayor satisfacción en su vida.
Tercero, habilidades. Estas son las habilidades naturales que Dios te da desde el momento en que naciste. Algunas personas son deportistas natos. Otros nacieron con habilidades matemáticas innatas. Otros son excelentes para trabajar con personas.
Al igual que los dones espirituales y el corazón, Dios nos da habilidades naturales para que podamos usarlas para hacer su trabajo en el mundo. Hay personas entre nosotros que están dotadas de todo tipo de habilidades. Tu parroquia no debería desperdiciarlas.
Cuarto, personalidad. Tu personalidad influye en cómo usarás tus dones y habilidades. Aquellos que son extrovertidos servirán de manera diferente a aquellos que son introvertidos. Lo mismo es cierto para las personas a las que les gustan las rutinas y las personas a las que les gusta la variedad.
Tu personalidad afectará cómo y dónde usas tus dones y habilidades espirituales. No existe un temperamento "correcto" o "incorrecto" para el ministerio. Necesitamos todo tipo de personalidades para equilibrar la iglesia y darle sabor. El mundo sería un lugar muy aburrido si todos fuéramos iguales.
Quinto, experiencias. Dios nunca desperdicia una experiencia. Hay mucha clase de experiencias, pero hay una que es especialmente importante. Dios nunca desperdicia un daño. Dios nos lleva a través de experiencias dolorosas y nos consuela para que podamos servir a otros que están sufriendo.
Una de las mejores formas en que podrás descubrir tus servicios adecuados es reflexionar sobre tu pasado y preguntarte: "¿Cómo puede Dios usar eso?"
Para acabar, esta semana te propongo mirar la sección del GPS de abril.
Pa’lante...
¡Ánimo todos!
Feliz PASCUA y que Dios te siga bendiciendo. :)
P. D.: Si te ha gustado el texto, dale al corazón que hay abajo a la derecha.